Tuesday, August 02, 2005

Descendencia y soledad


Llevo varios días desconcertada… Soy economista del ITAM (de entrada todo aquel que crea que eso es motivo de tomatazos: raus!) y, por lo tanto, llevo cinco años de mi vida oyendo que las elecciones humanas son racionales, planeadas para que el costo sea siempre igual o menor que el beneficio obtenido. Y llevo varios días pensando que eso de tener hijos no parece tan racional (como diría mi maestro de Evaluación “puro costo, puro costo”). Pero yo creo irracionalmente en la racionalidad y el nacimiento de liliputenses quejumbrosos no me va a disuadir. Ando, entonces, desconcertada y angustiada con crackear el asunto…
Por el bien de la diplomacia, tengo que afirmar que me encantan los bebés. De verdad, una hora con mi hermanito de dos años es el paraíso. ¿Más de una?, ya no tanto. No es que no vea que son tiernos y lindos y todo eso, nada más no estoy segura de que tenerlos sea la mejor manera de disfrutarlos. Simplemente considero que las satisfacciones que te dan (cariño, dulzura, alegría, etc) pueden ser mejor provistas por los congéneres no nacidos de tu vientre. Creo que en el tema de procrear, los costos están demasiado bien focalizados, a diferencia de los beneficios. Primero, tienes que andar nueve meses con una panza que no planea dejar de crecer. Vomitando, de malas, eufórica, cachonda, sin ganas, llorona y demás… o tienes que aguantar a alguien esos nueve meses. Luego, el parto: ¡terrible! Doloroso, apestoso, eterno. Aunque, sí, entiendo que entraña el milagro de la vida y así. Pero pues mi perra tuvo cachorritos y también tuvo ese tinte romántico. Y bueno, si lo atractivo fuera el parto, pues todo el mundo los daría en adopción después de eso. Ni tus chichis ni tu panza volverán a ser las mismas (a menos que seas la esposa de Beckham que quién sabe cómo le hace para estirarse y restirarse). Luego, vas a estar desvelado muchos meses por un molusco que lleva una vida de molusco y que no tiene mucha consideración con quienes lo rodean. Llore y llore, come y come, cague y cague. Dicen los papás recién estrenados que “cuando te voltea a ver con esos ojitos y te sonríe, hace que todo valga la pena”. Pero pues todos esos ojerosos papás lo son por error y no tengo el corazón de preguntarles “¿Neta? ¿Una sonrisa?” Cuando cumplen un año, por fin son divertidos. Son ingeniosos, manipuladores, cariñosos, increíbles. Embelesan a cualquiera, por muy amargado que esté. No puedes dejar de verlos volverse personas, interactuando, coqueteando, relacionándose con el exterior y consigo mismos. Si se quedaran así de chiquitos, pues todavía lo entendería, pero el chiste es que crecen y se vuelven insoportables. Van tomando conciencia de su poder y lo usan indiscriminadamente. Van a la escuela y regresan a platicarte de si le hicieron la ley del hielo a no sé quién o de si les embarraron un chicle en la cabeza o de si el niño que les gusta se la pasó chingando (en un deseo desesperado por llamar la atención) o de si se la pasaron chingando (en un deseo desesperado por llamar la atención). Y luego son adolescentes. Creo que no hace falta explicar los costos de eso. Y luego se dan cuenta de que no eres un héroe y te la dejan caer con todo. Se van, se casan, mientan madres de ti, ellos y sus parejas, y luego te dan nietos…Bueno, te los encargan para poder ir al cine. Tú, mientras, trabajaste como esclavo para que ellos pudieran comer, educarse, comprarse su i-pod y un churro a escondidas. ¿Y los beneficios?
“Ego”, contestó Marisa. Mi mamá, en cambio, que quién sabe desde cuándo se las da de empresaria, dice que es porque es una empresa en la que inviertes y los resultados son gratificantes. La autonomía de tu creación como motor. Ok. ¿Por qué no inviertes en la bolsa? ¿Por qué no disfrutas que el hijo del vecino se vuelva autosuficiente? Porque es un premio para ti. Tú lograste que se volviera autosuficiente. Ja! Eres un fregón. Definitivamente el que sean tuyos parece un factor importante. Si no lo fuera, mucha más gente adoptaría. ¿Será importante que se parezcan a ti? ¿O a tu pareja? ¿Creerá alguien que eso te garantiza la trascendencia, la inmortalidad? ¿Será posible que tus hijos te caigan mal? ¿Será tolerable a cambio de esa “sonrisita” y esos “ojitos”? Quién sabe. Lo que sí es que Marisa tiene razón. Por un lado, es gratificante producir una persona (ya cuando nació ¿eh?, lo otro sólo es divertido). Gracias a ti son alguien en la vida, o eso crees. Y bueno, el ego se infla. Sin embargo, creo que va más allá de eso. A todos (¡a todos!) nos encanta sentirnos imprescindibles y necesitados. En las relaciones de pareja no hay garantías. Lo más probable es que un día despiertes consciente de que puedes vivir sin él y él sin ti (sobre todo cuando el sexo ya se volvió rutinario). Entonces mejor produces a alguien que te necesite por muchos, muchos años, que te haga sentir útil, necesario. Alguien que no pueda renunciar a ti, divorciarse de ti, alejarse de ti. Alguien que te alabe buscando a una pareja que le recuerde a ti. Alguien que crea que puedes todo y sabes todo. Alguien que confíe en ti siempre. Alguien que te quiera siempre. Por eso las parejas se engañan cuando creen que tener hijos es la culminación del amor. En realidad es perderle la fe al amor. Es fabricar un resultado ilusorio. Porque al final… también los hijos se van.

P.D. Oséase, que la preservación de la especie debería estar en manos de quienes no saben contar los días, rompen los condones (o les tocan rotos), comulgan con Abascal en términos de la day after, no se acuerdan de tomar las pastillas y/o no han oído de los implantes de progesterona.

7 Comments:

Blogger Laura said...

Pues no sólo me aventé 'Descendencia y soledad' sino también 'El primero' y me gusta la forma en la que piensas y escribes. Mira, tienes razón... eso de tener hijos es muy complicado. Implica el alma, además de toda la responsabilidad (y, obvio, tener varo en los bolsillos). Sí, quisiera tener hijos pero sería muy egoísta tenerlos sin estar preparada al 100%. Y con esto me refiero a que las puras ganas de tenerlos no justifica el mismo hecho de tenerlos. Hay que tener dinero, paciencia y mucho, pero mucho tiempo para dedicárselos a ellos. Para crecer, jugar y reir con ellos, educarlos y, sobretodo, amarlos. Además, estoy de acuerdo contigo y prefiero, por el momento, desahogar mis ganas con mis sobrinos.
No te detengas y sigue escribiendo. Yo te continuaré leyendo. Gracias por la visita.

Wed Aug 03, 09:39:00 AM  
Anonymous Anonymous said...

Dear U,

pues nada, que sí creo que tener hijos es un acto irracional (como los mapas de curvas de utilidad y las preferencias sexuales - no queda claro si naces o te haces) porque es más instintivo que nada.

Ni hablar, el estar hasta arriba de la pirámide evolutiva no nos salvó de ser más animales de lo que es humanamente deseable.

Por lo tanto, no creo que tener (o hacer) hijos es un acto que surge de la desesperada necesidad de sentirse amado. Más bien ese es un by-product convenientísimo, y sí, muy gratificante.

Creo que un buen porcentaje de los niños que nacen por deseo consensuado de sus padres, fueron concebidos con la más plena conciencia de que los padres se aman - o al menos eso creen. Pero para el caso da lo mismo: los hijos deseados surgen del amor de al menos uno de sus padres.

Es raro, porque todavía me resulta extraño amar a alguien que todavía no conozco, pero imagino que es como el amor incondicional a los hermanos cabrones y desconsiderados, solo que más fuerte.

Anyways, para mi también sigue siendo un misterio el origen del deseo por (por-)crear un hijo.

Pero si te fijas, hasta los hijos no planeados traen consigo la promesa del amor (no del que te darán, sino del amor que ves nacer en ti; como quien dice, los hijos como promesa de TU propio potencial de amar).

Gracias por omitir que los accidentes no solo se dan por fallas en los métodos anticonceptivos tradicionales, sino que a veces se dan por calentura. Caray! hasta los de Teoría se vuelven pendejos por un porquito de sexo!

Beso,

Sufi

PD: viva la adopción.

Wed Aug 03, 10:53:00 AM  
Blogger Yo said...

Gracias por sus visitas a ambas... Y no, my dearest U, no digo que no los quieras. Yo creo que los adoras. Y es justo lo que se me hace fishy. ¿Es necesario hacerlos para querer a ese nivel? .. Y tampoco digo que las parejas no se amen, sólo que creo que sería un compromiso más sincero dedicarse uno al otro, sin distracciones, sin by products... Tampoco creo que sea consciente el querer ser necesitados...En cuanto a lo del instinto, sí, tienes el raciocinio...

Wed Aug 03, 12:17:00 PM  
Anonymous Anonymous said...

Creo que lo más emocionante del blogg es que es como un Ü-Ei: los cometarios que recibes pueden ser ingeniosos, sosos, llenos de rebabas (los menos), llenos de estampitas (los más),...

la campaña proselitista a favor de la causa ya empezó. Puedes contar el número de visitantes a tu página?

Wed Aug 03, 12:29:00 PM  
Anonymous Anonymous said...

Comparto en absoluto tu punto de vista sobre la maternidad, io soy machín, pero la paternidad también se decide. Sí, ya sé, no es igual, pero se parece un chingo o por lo menos mi idea no es aventarle los míos a la mamá para que ella los vea crecer y yo sólo sea un espectador.

Me encantan los niños; pero no me gustaría tener uno mío en este momento; creo que disfrutar los ajenos te va preparando para cuando decidas tomar tu propios riesgos jeje.

Me gusta mucho la lucidez que se ve en tus letras, dos textos y ya vas 2 - 0, a tu favor.

Saludos, aunque sean Temporales.

Wed Aug 03, 04:17:00 PM  
Anonymous Anonymous said...

Tienes razón, los hijos son un escudo contra la soledad. Cuando envejeces y te quedas solo los únicos que van a cargar contigo son tus hijos. Aunque también los hijos los puedes ver como una inversión a largo plazo: tú los mantienes hasta que son autosuficientes y ellos a cambio te mantienen cuando tú dejas de serlo. Por fortuna el sistema de cuentas individualizadas para el retiro ya resolvió eso (jaja). O como dice Jerry Seinfeld, el tener hijos te da el status de ya poder hacer lo que te dé la gana. You make your own people!
Me gustaron mucho tus dos textos, además de tener muy buen estilo, tienes muy buenas ideas. Síguele

Wed Aug 03, 05:57:00 PM  
Blogger Yo said...

Jajaja... justo está inspirado en el acto de Jerry Seinfeld!!!! También las cuentas de banco en las que depositas las colegiaturas, las vacaciones, los días de shopping y demás resuelven eso de la sustentabilidad senil, auunque gracias a dios existieron las reformas... hueles a economista...
Gracias a todos por sus comentarios... los espero

Wed Aug 03, 06:18:00 PM  

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