Encadenándome en 5 actos
Y sí, todos en contra de las cadenitas. Todos acabemos con los "Fwd:" en los buzones de correo, menos cuando Ginger convoca de manera tan atenta a la encadenada confesión de intimidades constitutivas del Yo. ¿Debo comenzar hablando de mi propensión involuntaria a encadenarme a las palabras de los hombres, a sus pasiones y sentimientos? No. Debo comenzar con las reglas de este juego para que todo lector casual entienda.
El primer jugador inicia su mensaje con el título “5 extraños hábitos tuyos”. Las personas que son invitadas a escribir un mensaje en su respectivo blog a propósito, de sus extraños hábitos, deben también indicar claramente este reglamento. Al final, deben escoger 5 nuevas personas y añadir el link de su blog. No olviden dejar un comentario en su blog o diario web diciendo “Has sido elegido” y pides que lean el tuyo.
1.- Tomar una coca light como primera bebida del día. No puedo evitarlo. Haga calor o haga frío tengo que empezar el día con esa refrescante e imperialista bebida o siento que no carburo, me duele la cabeza, ando de malas, etc. Si quieren llamarlo una adicción, go ahead. Yo ando optimista y lo llamaré hábito.
2.- Levantar el meñique cuando tomo, como o agarro algo. Ya se imaginarán a mi persona comiendo tacos de canasta con su meñique bien levantadito. ¿Qué quieren que haga si nací con caché?
3.- Cantar las mañanitas por teléfono a los festejados, con tonos estrambóticos que buscan ocultar mi falta de entonación. Debido a esto, el día de mi cumpleaños recibí muchos cánticos felicitatorios, a cual más de desafinados. Fue muy divertido.
4.- Comer primero las orillas: de los sandwiches, las sincronizadas, las galletas, todo aquello cuyo borde sea menos apetitoso que su centro y bueno, de los hot cakes y todo lo que sea redondo, o cuadrado, o triangular o geométrico en alguna forma. Aunque debo confesar que este hábito es sólo parte de uno más grande que implica comer lo más rico al final. El último bocado debe ser perfecto, lo que ocasiona que cuando estoy llena llenísima me quede sin comer lo más rico. Ni hablar...
5.- Subirme a la orilla de la tina después de abrirle al agua y bailar encima del borde. Sí, para que no me salpique el agua fría y como no me siento segura en ninguna parte de la tina, me subo a las paredes que la rodean. Y ya que ando ahí trepada, pues ¡a bailar un poquito!
y ya encarrilada....hablo sola cuando me acuerdo de situaciones estresantes y nunca se entiende la última palabra de mis enunciados debido a una pésima dicción.
Híjole y yo tampoco sé linkear, pero además ya se acabaron a todos mis contatos... sólo queda el gordo... a ver si puedo:
http://www.versolutions.net/mblog/