Desde la ciudadanía indignada

La lucha de la Coalición por el Bien de Todos es una guerra preventiva. Así como la que libró Bush en Irak, pretende evitar los ataques a propios prefiriendo lanzar la primera piedra. No importa que no haya armas de destrucción masiva, no importa que no haya fraude. Contra el IFE, contra el Presidente, contra Calderón, contra "la maestra", contra los medios, contra los mismos representantes del PRD ante el IFE. Todo por los ciudadanos, en pos de la democracia, decían. Y así, lo que parecía una petición probablemente legítima, se ha convertido hoy en una cruzada contra los ciudadanos. La exigencia del conteo "voto por voto", si bien no tenía fundamento jurídico, no era una afrenta al sentido común. Hasta hoy. Hasta el momento en el que López Obrador nos informa que va a desquiciar a la ciudad porque tiene muchas ganas de vivir en Palacio Nacional. ¿Y los ciudadanos qué? ¿Con quién nos quejamos? ¿Con un jefe de gobierno que es títere del Mesías de Macuspana? ¿Con un gobernante que ya dijo que no va a desalojar, aunque la acción sea ilegal, que aplaudió la propuesta desde el templete el domingo en el Zócalo? Insisto: ¿y en los ciudadanos quién piensa? ¿Quién enarbola nuestra causa? ¿Quién es el árbitro de esta lucha? Parece que AMLO tiene razón: en este país hay privilegios para unos cuantos... para unos cuantos que deciden bloquear Paseo de la Reforma, sabiendo que de la ciudad ya se apropiaron, ahora van por el país.

P.D.: Ayer hablaba Poniatowska de la "democracia", que fue "en manos de Jesusa Rodríguez a la Bolsa Mexicana de Valores". "Una resistencia, alegre, con tambores, con música, con ingenio, que México nunca había visto", se vanagloriaba. ¿Sabrá la Poniatowska que la democracia necesita del apego a las instituciones para funcionar, para no convertirse en tiranía? ¿Sabrá que la democracia debe garantizar la voluntad de la mayoría después de haber escuchado a la totalidad? ¿Sabrá que, si no, estamos condenados a la voluntad del más "chistoso", del más "jacarandoso"? Eso sí es darwinismo social: el imperio del que grita más fuerte. Y los que tenemos pulmones pequeños, ¿qué?