Cosas que odio:
1) Que los idiotas que iban a traer ayer el pasto a mi casa, hayan traído 30 metros cuadrados menos, que hayan estado dando largas todo el día para reponerlo y que hoy la dueña del local haya dicho que lo que había pasado, era que no tenían pasto suficiente y que si nos urgía, nos podían traer pasto amarillo, ora bien que si no, que hasta mañana en la tarde. Odio que la gente no tenga el sentido de responsabilidad que a mi me causa migraña. Odio que en este país los contratos no se cumplan. Odio contratar a gente para que haga algo porque siempre, siempre, batallo con ellos.
2) Que haya tantos muertos por Katrina. Odio la desesperación en la cara de la gente que lo perdió todo. Odio contagiarme de tristeza. Odio acordarme de que hay gente que no perdió nada, porque no tiene nada que perder. Odio la impotencia.
3) Que existan cachorritas como Rebeca, que fueron abandonadas en una bolsa, esperando la muerte. Que la gente no tenga conciencia de la vida de los animales, de que es importante cuidarlos, quererlos, esterilizarlos. Odio a la gente que no reacciona con la presencia de un animal, que no los abraza, acaricia, quiere. Odio a la gente que atropella a los perros y gatos y no se asoma para ver cómo los puede ayudar, que no tiene tiempo o ganas de asumir sus responsabilidades. Los odio.
Cosas que me reconfortan:
1) La misma Rebeca, acostada en mi regazo, hecha bolita. Viéndome con sus ojitos negros, respirando su aliento de cachorrita, apretándome con sus patitas, llorando, reclamando mi atención, reconfortándose con mis cariños. Me tranquiliza que no haya perdido la confianza en la humanidad.
2) Mi hermano Sebastián, que a la pregunta exprofesa de “¿y yo qué soy?”, rápidamente contesta “¡Bonita!”… Sobra aclarar que tiene dos años.
3) Despertarme con besos en las sienes. Muchos, muchos besos y la aseveración de que huelo delicioso.
Y bueno, mucho, mucho más...